viernes, 16 de diciembre de 2022

Primeros amores (literarios)

Si bien me sería imposible recordar el primer libro que leí en mi vida —uno de los más antiguos que guardo es una recopilación de cuentos de los hermanos Grimm, pero es probable que ese me lo leyeran mis padres más que leerlo yo mismo—, sí que recuerdo con más nitidez cuando comenzó a forjarse mi «fervor» literario, que vino a coincidir con mis últimos años de colegio. Para entonces ya había devorado buena parte de la colección de Los Cinco de Enid Blyton, pero fue coincidiendo con la aparición de dos colecciones en quioscos y librerías cuando iba a acabar de consolidarse mi interés por el género fantástico y por la literatura victoriana, que de alguna manera ya había comenzado en años anteriores gracias a los tebeos Joyas Literarias Juveniles. Dichas colecciones fueron «Club Joven Bruguera» y «Tus Libros» de Anaya (cada uno de cuyos volúmenes contaba, además, con un interesante estudio de la obra en cuestión). A través de estas preciosas ediciones, ya en aquellos primeros 80 llegaron a mi vida dos de los escritores que más admiro: H.G. Wells y Arthur Conan Doyle, cuya obra seguiría asimilando —aunque no obsesivamente— en las décadas venideras.

En estos últimos meses me he empachado con gran deleite con la recopilación H.G. Wells: Novelas esenciales, comercializada recientemente por Plutón Ediciones, que comprende La máquina del tiempo, La isla del doctor Moreau, La guerra de los mundos y Los primeros hombres en la Luna. Había considerado durante largo tiempo releer las novelas del autor británico que tanto me fascinaron en mi juventud —y, en el caso de la última citada, leer por primera vez— y por fin he satisfecho este deseo. En principio pensaba hacerlo poco a poco, alternándolas con otros libros, pero al final no he podido parar. Reencontrarse con uno de mis primeros amores literarios ha sido una experiencia muy agradable y gratificante, si exceptuamos alguna peguilla con respecto al trabajo editorial de este volumen y a una parte de la traducción, que recurre en ocasiones a expresiones que son más propias del español de Latinoamérica y no del de España, que al fin y al cabo es donde ha sido publicado el libro.

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