lunes, 3 de abril de 2023

Año “Brontëano”

En bastantes ocasiones me gusta centrarme por un tiempo en determinados autores o temas, ya se trate de literatura, cine o, a veces, de episodios y hechos históricos. Me regalo así «ciclos» o «monográficos» durante varias semanas o incluso meses con el objeto de satisfacer mi inquietud al respecto e intentar llenar uno más de los muchos vacíos culturales que me aquejan (y que temo demasiados para resolver en una sola vida).

Parte de este 2023 me he propuesto dedicárselo a las hermanas Brontë y a sus obras principales. Leí Cumbres Borrascosas por primera vez a mediados de los 90 y me dejó una impresión entre grata, extraña y desasosegante. Sin lugar a dudas mi fascinación por su autora y época y las adaptaciones fílmicas que de la novela había visto previamente (las de 1939 y 1992) influyeron en dicha impresión, y el caso es que, con los años, siempre quise volver a leer el libro para ver si mi opinión sobre él cambiaba para bien o para mal o seguía igual.

Compro libros a mayor ritmo del que los leo, de manera que siempre acabo acumulando varios de ellos cada año que pasan a ampliar el extenso remanente que tengo por abordar. En concreto, Infernales: La hermandad Brontë, de Laura Ramos permanecía en mis estantes y a la espera desde 2019 hasta que decidí emprender su lectura a finales del pasado invierno. Tras embeberme de la época y de las vivencias de las famosas escritoras inglesas, parecía que había llegado el momento perfecto para volver a Cumbres Borrascosas, sólo que esta vez decidí releerla en su versión original en inglés (también comprada pocos años atrás), complicada tarea en la que aún continúo en el momento de escribir este post. En cola esperan Charlotte y Anne con Jane Eyre y Agnes Grey, pues lo cierto es que, aunque era otra tarea pendiente más que tenía, todavía no me había embarcado en la obra de las hermanas de Emily. He de admitir que no creo que sus popularísimas novelas logren atraparme tanto como Cumbres Borrascosas, pero están entre los muchos libros que creo que un aficionado a la literatura decimonónica, y especialmente a la del período romántico, está obligado a leer.

Si no acabo demasiado saturado, terminaré este “año Brontëano” con una antología de poemas también de Emily, quien, sobra decir, creo que será siempre mi favorita de las tres Brontës.


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